jueves, 6 de mayo de 2010

Aguilar Camín, Héctor y Lorenzo Meyer; “A la sombra de la Revolución Mexicana”.
México, Cal y Arena, 1995.

LA UTOPÍA CARDENISTA 1934-1940.

En esta lectura, los autores nos hablan sobre el sexenio de Cárdenas, sus estrategias y los resultados de las mismas.
Para empezar, es necesario mencionar que Lázaro Cárdenas continua con la lista de los presidentes con rango militar, ocupó varias jefaturas de operaciones; también realizó diversas actividades dentro de la política, fue gobernador de Michoacán (1928-1930), además de que fungió como Secretario de Gobernación en el gabinete del presidente Pascual Ortiz Rubio y como dirigente del Partido Nacional Revolucionario, puestos que le ayudaron a lograr su llegada a la presidencia de La República Mexicana.
Por otro lado, el autor, también nos menciona, que había sido un fiel subordinado de Calles, sin embargo, no compartía las mismas opiniones que tenía acerca de la política agraria que Calles sostenía, lo cual favoreció a Cárdenas para que los campesinos lo apoyaran a su candidatura.
Lázaro Cárdenas, llega a la presidencia de la República en 1934, ante una serie de críticas, augurando su falta de capacidad intelectual para poder gobernador el país y de la posibilidad de caer en el dominio y subordinación de Calles, debido a que su gabinete estaba conformado mayoritariamente por callistas, y minoritariamente por cardenistas. Por lo cual, es muy notable el poco apoyo hacia el nuevo presidente y sobre todo las frecuentes tensiones y problemáticas entre estos grupos; las cuales estallan tras la toma de protesta de Cárdenas, y es cuando surgen las diferentes problemáticas e inconformidades de ferrocarrileros, electricistas, telefonistas, petroleros, cañeros, entre otros.
Sin embargo, Cárdenas actúa con rapidez, y empieza “…recogiendo el sentimiento anti callista de muchos miembros de la élite gobernante y del público en general, y apoyándose en las organizaciones obreras que atacaron el jefe Máximo”, tras esto y después de exigir que se elija su posesión o la de Calles, quedando él primero; con esto se da el final del Maximato dándole preámbulo al Cardenismo.
Dentro de las estrategias seguidas por Cárdenas, la cual le dio más autoridad y fortalecimiento para su gobierno, fueron las alianzas de los sectores populares.
Primeramente con los campesino, los cuales, se vieron conformes y demostraron su apoyo tras los repartos de tierras que el presidente concedió, (Cárdenas fue el presidente quién más dotaciones da, casi 20 millones durante todo el periodo) que al mismo tiempo, perdió el apoyo de los terratenientes, quienes habían mantenido una posición privilegiada, que se rompe tras el cardenismo.
Este acontecimiento, es de gran controversia, debido a las críticas, de sí fue la mejor opción al repartir tantas tierras que era económicamente productivas y había una muy buena comercialización, la cual se vio interrumpida, por lo tanto, la agricultura mexicana, no volvió a ser la misma, ya que en ocasiones, muchas hectáreas productivas al ser dotadas, los campesinos no tenían los recursos o la experiencia para poder invertir en una buena producción ó las tierras eran cultivadas para consumo propio, sin tener ganancia alguna.
Por otro lado también se da la alianza con obreros, comandado por las grandes empresas industriales (minería, petróleo, sistema telefónico, vías férreas, empresas eléctricas, entre otras, permitiendo el apoyo de capital extranjero. Se ayudo a obtener contratos colectivos, además de proponer que los salarios no se fijaran según la oferta y demanda, sino la capacidad de cada empresa, mejorando la posición del trabajo.
Una problemática dentro del régimen cardenista, fue elegir un buen modelo económico que permitiera el desarrollo del país. Entre las alternativas eran: “imitar la estrategia del modelo capitalista seguido por las sociedades industriales o intentar un camino diferente que combinara el crecimiento de la producción con el desarrollo de una comunidad más integrada y más justa. La utopía propiamente cardenista consistía en tratar de ir más allá del keynesianismo o del fascismo, sin desembocar en el modelo soviético”.
Sin embargo, para 1938, la economía empezaba a presentar problemas, principalmente por la crisis petrolera y por la destrucción de la hacienda tanto agrícola como ganadera, que afectó, notoriamente, en la producción y sobre todo en el aspecto comercial. Ante esta situación, se da un impulso a la producción manufacturera, la cual creció un 53%, más del doble que la economía en su conjunto, nos comenta el autor.
El autor, nos habla, también, de una segunda “utopía cardenista”, la cual estaba destinada a llevar a México a la modernización, por medio de una industrialización consiente, en donde se pensaba construir un México netamente ejidal y de pequeñas comunidades, para que así, la industria estuviera al servicio del campesinado, de la sociedad agraria, y no al revés. Lo cual, no se lleva a cabo y surgen nuevas empresas que se establecen en México, (planta ensambladora de la Ford, General Motors y Chrysler), que llevó a la formación de una nueva burguesía (empresarios como: Harry Steele y Antonio Ruiz Galindo en la fabricación de equipos de oficina, Emilio Azcárraga en el cine y la radiodifusión, Eloy Vallina en la industria de la madera) que marcó un proceso económico, apoyado por el estado.
Por último, el autor nos maneja la problemática del petróleo debido a la existencia de un fuerte conflicto entre los trabajadores de las empresas petroleras instaladas en México y los empresarios extranjeros que desatendieron un laudo laboral de la corte mexicana, así como su propia visión de un capitalismo democrático y nacionalista, en el que las industrias básicas (petróleo, siderurgia, etc.) jugaban un papel clave, Cárdenas decretó la expropiación el 18 de marzo de 1938, y señaló que los bienes expropiados serían pagados de acuerdo con los términos de la ley de 1936, esta decisión fue muy bien vista y sumamente apoyada por todos los mexicanos, sin embargo, se fue muy criticada por Gran Bretaña, al poner en duda la capacidad del país para poder pagar lo que habían pagado, y por Estados Unidos e Inglaterra (su inversión era mayor a la de E. U.) se vieron inconformes tras la decisión tomada por el mandatario, y pusieron obstáculos para este nuevo paso que México había tomado.

En conclusión, creo que Cárdenas siguió fielmente los ideales de la Revolución, tras abastecer las necesidades de la sociedad campesina, y por otro lado, debe aplaudírsele que aunque ningunas de sus 2 modelos que quería llevar a cabo, se pudieron perpetrar, la dirección que tomo el país fue muy asertiva, ya que la dirección que se tomó iba encaminada hacia la inversión, fue una gran respiro para la economía del país, ya que permitió la industrialización y la instalación de nuevas empresas que fueron un impulso muy significativo para la economía, y por otro lado, el aumento de la producción manufacturera.
Sin embargo, retomando el tema de los ideales de la Revolución, creo que es de gran importancia, preguntarnos si, ¿realmente fue asertivo dotar tantas tierras?, ya que esto lo único que ocasionó fue el bloqueo de una actividad económica sumamente productiva, muchas haciendas se dedicaban a la producción internacional o nacional, y que a consecuencia de esta enorme cantidad de dotaciones, el sector agrario, sus tierras, fueron reduciéndose hasta quedar exclusivamente destinadas al autoconsumo, sin propiciar apoyo alguno a la economía del país, ya que a consecuencia de esto y a falta de producción, los productos suben de precio, y todo esto a consecuencia de no tener, a comparación del propietario privado, de capital o falta de crédito suficiente para poder invertir en el campo y en la producción.
El gobierno trato de apoyar, sin embargo, los insumos invertidos fueron muy escasos.
Creo que el gobierno debió haber previsto este acontecimiento, y haber puesto más atención en este aspecto, que aunque los ejidatarios recibieron “preparación” al recibir sus ejidos, esto, sin embargo, no se vio en la práctica.
A mi parecer, este fue el inicio del abandono del campo.

1 comentario:

  1. Hola Dulce:
    Los análisis de Meyer y Aguilar Camín, permiten comprender el análisis de la situación de México a mediados del siglo pasado, si bien los autores analizan otra etapa de la historia nacional, aunque bajo la misma óptica, sólo que en este capítulo dedicado a estudiar la forma en que la industria y en general la economía mexicana enfrentaron los cambios y continuidades en la segunda mitad del siglo XX.
    Gracias por tus comentarios, con los que además coincido.

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